miércoles, 19 de noviembre de 2008

Los amantes de Teruel.

Teruel es una pequeña ciudad española, ubicada en Aragón. Y “los amantes de Teruel” una bonita y trágica historia de amor convertida en leyenda, o una leyenda sustentada en historia.¿Quiénes eran realmente esos dos enamorados, esculpidos con rostros muy jóvenes y una mano de cada uno de ellos intentando tomar la otra sin conseguirlo?¿De qué murieron realmente? ¿Es posible morir de amor?
La historia, se remonta al siglo XIII y a Juan Diego de Marcilla e Isabel de Segura. Los jóvenes pertenecían ambos a familias nobles, pero Juan Diego, al no ser primogénito, tendría que ostentar toda la vida el cargo de “segundón”. Los segundones no heredaban y no les quedaba otro remedio que trabajar para otros o vivir en la casa del hermano mayor y su familia ejerciendo de trabajador no asalariado. Muchos “segundones”, y ya bien entrado el siglo XX, no podían casarse porque la hacienda, heredada siempre por el hijo mayor, sólo permitía mantener a una familia. Juan Diego e Isabel, que se conocían desde pequeños, se enamoraron, pero el padre de la joven se interpuso a su amor por considerar que el pretendiente no estaba a la altura de su hija. El muchacho logró entonces una especie de pacto con su posible futuro suegro. El hombre le conminó a pasar cinco años haciendo una Fortuna y labrándose un porvenir, si lo conseguía, la mano de Isabel sería para él. Juan Diego pasó ese tiempo esforzándose por ser merecedor de la muchacha a los ojos de la familia, pero el padre de Isabel, entre tanto, arregló una boda con un hombre apellidado Albarracín.Aquí las versiones cambian. Hay quien asegura que Isabel ya estaba casada y otros que iba a desposarse al día siguiente de la llegada de Juan Diego. En cualquier caso, parece que el muchacho logró entrevistarse con su amada y le pidió un beso. Ella, pese a estar enamorada, se lo negó, y lo hizo porque le importaba la moral de la época, no podía desobedecer a su padre o ya tenía marido. En cualquier caso, la decepción hizo que Juan Diego muriera allí mismo de dolor.Al día siguiente, en los funerales del muchacho, apareció una figura enjuta y enlutada dispuesta a dar a su amor muerto el beso que le negó en vida, y ese beso se convirtió en eterno porque Isabel murió fulminada también sobre el cuerpo de Juan Diego.Hasta aquí la historia o leyenda, pero queda en el aire saber a quién pertenecen los cuerpos momificados sobre los que se esculpió un monumento excepcional, cual fue la causa de su muerte y a qué se debe esa supuesta neblina que muchos testigos afirman haber visto.

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