jueves, 4 de febrero de 2010

Y llegó febrero, el loco.

Hace unos días estábamos todos felicitándonos las fiestas, haciendo própositos para el nuevo año, etc., etc…
Y es que ahora, en este mes que me gusta tanto (será porque el más corto del año), ha llegado el momento de liberar a El Rey Momo que llevamos dentro, y sumergirnos por las burlas, por la magia de disfrazarnos y criticar a lo que nos de la gana.
A éste, se le consideró especial protector de los escritores y los poetas. Una vez, bromeó acerca de unos inventos que habían creado Poseidón, Hefesto, y Atenea. Poseidón había creado al toro y Momo se rió de él por haberlo hecho con los cuernos mal colocados. De Hefesto se mofó porque a su obra, el hombre, le faltaba una ventanilla en el corazón para poder conocer sus intenciones y pensamientos secretos. A Atenea la criticó sardónicamente porque la casa que había construido era demasiado pesada si el propietario quería trasladarse a causa de unos molestos vecinos. Estas mofas de los dioses fueron las últimas que toleraron a Momo, que, rápidamente fue expulsado del Olimpo. También se cuenta que se burló de Afrodita porque hablaba mucho y porque sus sandalias hacían mucho ruido al andar.
Cuenta también una leyenda, que el hecho de que la gente se disfrazara era, de alguna manera, como el querer ser ese personaje, cosa, animal, en fin…
Pues dicho esto, ya que supuestamente hemos pasado la cuesta de enero, en febrero vamos a intentar de meternos de lleno en la magia del carnaval.